Una de las cláusulas menos
conocida de los contratos editoriales es: Si alguna persona le pregunta al
autor ¿cómo le hiciste para publicar ahí? o ¿me puedes recomendar? la respuesta
del autor debe ser siempre: A mí me buscaron, yo ni conozco nadie ahí, fue por
correo electrónico y ya lo borré, no te puedo ayudar, ni recomendar. Y la cláusula
siguiente es sobre la confidencialidad de la cláusula anterior.