jueves, 23 de junio de 2011

Treinta y tres

No escribía por ganas, sino para resolver lo que pensaba. Anotaba: suicidio uno: Vera colgada de la ventana. Ventajas: si se rompe la cuerda o el nudo está mal hecho igual en la caída me mato. Desventajas: si se rompe la cuerda y me caigo y no me mato me voy a quedar pendeja o en coma y como en Kill Bill podrían violarme por cincuenta pesos. Notas importantes: aprender a hacer nudos y hacer una primer prueba colgando un maniquí o algo que pese lo mismo que yo.

Treinta y dos

Revisaba sus libros. Quería deshacerse de varios. Pensaba en venderlos, pero como los carros, le darían cualquier cosa y él sentía que los había comprado apenas unas horas antes. Casi todos tenían su nombre. Dos de ellos los compró porque su protagonista se llamaba Rodolfo. Otro porque había una Vera. Nada que ver con la que conocía. No se daba cuenta del tiempo mientras los revisaba. Buscaba algo, como se dice, no sabía qué, como terminan diciendo. Encontraba poco. Las fotos de los autores le parecían casi desagradables, no los imaginaba escribiendo además.